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Abies numidica de Lannoy ex Carrière

A. baborensis Coss. ex Parl., A. pinsapo Boiss. var. baborensis Coss. ex Carrière

Esp.: Abeto argelino.   Fra.: Sapin de Numidie.   Ing.: Algerian fir.   Tam.: Taument, timent, timert, tertuch, taïda.

Árbol perennifolio, monoico, muy parecido a los abetos bético-rifeños. Porte similar, pero no suele sobrepasar los 20 m de altura. Tronco recto de hasta 1 m de diámetro con corteza pardo-grisácea. Las ramas nacen perpendiculares al tronco. En su aspecto externo, su principal diferencia es la forma y disposición de las ramillas, que aparecen netamente aplanadas. Las hojas son más largas (15-22 mm), también sésiles pero muy torsionadas en la base; son lineares, rígidas y gruesas, obtusas, nunca pinchosas, y a menudo emarginadas. Conos masculinos ovoides (1-1,5 cm), generalmente rojizos, sésiles. Conos femeninos cilíndricos (2-3,5 cm) verdosos y sésiles. Estróbilos cilíndricos, erguidos, ligeramente más grandes que en la especie tipo anterior (13-20 × 4-5,5 cm).

Floración:

abril-mayo.

 

Fructificación:

septiembre-noviembre.

Hábitat:

Montañas calcáreas y margosas de clima húmedo y subhúmedo, entre 1600 y 2000 m. Forma bosques casi puros en la parte alta de las montañas o mixtos con Cedrus atlantica y Quercus faginea, en los que también pueden aparecer Taxus baccata, Populus tremula, Q. afares, Acer obtusatum e Ilex aquifolium.

Distribución:

Árbol endémico del N de Argelia, de las montañas de la Pequeña Cabilia (montes Babor y Tababor).

Observaciones:

A. marocana y A. numidica, al igual que los otros abetos circunmediterráneos, aparecen hoy como raros supervivientes de la era glaciar, en la que estaban ampliamente distribuidos por la región. Tras la última glaciación (hace unos 10.000 años) el aumento de la temperatura y el descenso de la humedad fueron acabando con los abetales norteafricanos, dejando de ellos sólo unos pequeños bosques refugiados en unas pocas montañas donde un microclima especial (fresco y húmedo) les permitió sobrevivir. Estos pequeños bosques relictos luego fueron explotados por el hombre hasta hacerlos casi desaparecer, pero lo inaccesible de su hábitat y la mediocre calidad de su leña, madera y carbón han propiciado que todavía se encuentren algunos restos más o menos degradados de lo que fueron aquellos frondosos bosques.

El abetal de Babor cubre una reducida extensión. Actualmente está sobrepastoreado y debería ser protegido íntegramente. Contiene una biodiversidad destacable y es refugio de numerosos endemismos. Saber más.

Para la recuperación de estos pequeños abetales en su ya de por sí pequeña área potencial, lo más aconsejable y barato parece ser la recuperación natural y la protección eficaz frente a talas y sobrepastoreo. Así, con unas adecuadas y sencillas medidas de protección, estos pequeños bosques pueden recuperarse e incluso doblar su extensión, como ya está ocurriendo en Andalucía donde en la década de los cincuenta los abetos estaban al borde de la extinción. La protección y recuperación de los abetales del N de África es necesaria debido tanto a su gran valor biogeográfico, estético y ecológico, como a la función que cumplen como creadores y protectores de suelos y recursos hídricos.

Estado de conservación:

Especie rara y amenazada, de área muy reducida. En la Lista Roja de Especies de la UICN está catalogada como En Peligro Crítico (CR) (Yahi et al., 2011). En Argelia está incluida en su Lista de especies de flora no cultivada protegida (Decreto ejecutivo 12-03 de 4-enero-2012).

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