En este libro solo se tratan las especies autóctonas (nativas). Actualmente se tiende a revalorizar las es¬pecies nativas o autóctonas frente al uso y abuso de las exóticas o alóctonas de las últimas décadas. Pero sobre este importante asunto surgen con frecuencia 3 preguntas:
- Ante la gran variedad de especies existente ¿por qué elegir plantas autóctonas?.
- ¿Qué problemas crea la introducción de especies exóticas?.
- ¿Por qué debe fomentarse la conservación y recuperación de los bosques, matorrales y sabanas autóctonos?.
Las razones son múltiples:
Porque actualmente las principales amenazas para los ecosistemas a nivel mundial son su destrucción directa por parte del hombre y la llegada a hábitats naturales de especies invasoras (Rapoport, 1979; Cronk & Fuller, 1995; Rubec & Lee, 1997; etc).
Porque con frecuencia la expansión de estas especies escapan al control humano, produciéndose lo que se conoce como invasiones biológicas. Se trata de un proceso que se inicia cuando determinados organismos son intencionada o accidentalmente llevados por el hombre desde sus hábitats naturales a nuevos territorios, donde muchos de estos organismos se adaptan, se reproducen masivamente y se convierten en invasores. Las especies invasoras tienen efectos devastadores en los ecosistemas naturales, causando el declive e incluso la extinción de especies nativas, la destrucción del ecosistema primigenio y a veces la completa alteración del paisaje (Angassa 2005; Pejchar & Mooney 2009; Vilà et al. 2010; Eldrige et al. 2011).
Las especies invasoras se reproducen bien y rápido, compiten con las especies nativas por el hábitat, el suelo, el agua y la comida. En el caso de la fauna, con frecuencia devoran a las especies nativas. En el caso de la flora afectan negativamente a la disponibilidad y calidad del agua y nutrientes del suelo, tapizan a veces de forma homogénea el suelo o la superficie de ríos y lagos, si son elevadas, hacen sombra densa y permanente sobre el suelo, eliminando a las especies heliófilas y alterando así los procesos edáficos.
En resumen, tienen un impacto muy negativo sobre la biodiversidad natural y los servicios ecosistémicos (como los pastos, la agricultura, la ganadería y la pesca) lo que en última instancia también repercute en el bienestar humano (e.g McDonall et al. 1989, Cronk & Fuller, 1995; Richardson et al. 2000, 2011; Pauchard et al. 2004; Jeschke et al. 2014).
Ya está bien demostrado que los ecosistemas dominados por especies exóticas son insostenibles a largo plazo (Rapoport, 1975; McDonall & Cooper, 1995). El declive y extinción de especies nativas debido a las invasiones biológicas, dependiendo de los casos, puede deberse a uno o a varios mecanismos actuando conjuntamente, como la predación, el parasitismo, la trasmisión de nuevas enfermedades, la competencia por los recursos, la contaminación genética, hibridación, etc. (Díaz et al., 1998; Romero-Alcaraz & Ávila, 2000; Clavero & García-Berthou 2005; Downey & Richardson 2016).
El problema de las invasiones biológicas es de una dramática magnitud y lo peor es que es casi ignorado y, en cualquier caso, poco valorado. El peor problema es no saber que existe el problema, por lo que a veces se producen extinciones silenciosas, que pasan desapercibidas (Guijarro, 2001). Es preciso tenerlo muy en cuenta ya en todas las políticas de conservación (Dana et al., 2003).
Las previsiones indican que, si no se toman medidas urgentes y de gran alcance, las invasiones biológicas serán cada día más frecuentes y peligrosas, aumentando el número de especies que se seguirán introduciendo en nuevos hábitats (Essl 2011; Essl et al. 2011; Rouget et al. 2016; Bellard et al. 2016; Johnson et al. 2017; Seebens et al. 2017).
Las diferentes especies de plantas autóctonas a su vez mantienen a numerosas especies de fauna autóctona, por lo que la conservación de estas plantas es de vital importancia para todo el ecosistema. Jesús Charco.
Pero a pesar de que este grave problema ambiental se conoce bien desde hace décadas, las plantas exóticas siguen prevaleciendo en los viveros comerciales y forestales. Y lo peor de todo, puede encontrarse por internet semillas de especies de cualquier parte del mundo a la venta sin ningún tipo de control. Miles de especies exóticas y/o invasoras se siguen plantando por todo el mundo con fines forestales, agronómicos u ornamentales.
Otro problema ambiental y moral añadido es que cada vez más personas e instituciones de todo el mundo, con buenas intenciones pero con poca información, utilizan con frecuencia especies exóticas para supuestamente ayudar a reforestar el planeta. Plantar árboles está ahora de moda pero, si no son especies autóctonas, a veces se hace más daño que beneficio al medio ambiente. Al reforestar, recuperar o restaurar ecológicamente una zona, deben usarse exclusivamente especies autóctonas.
En el N de África, se han detectado importaciones de especies subsaharianas, europeas, americanas, asiáticas y en general, de los 5 continentes. Pinos, cipreses, eucaliptos, ágaves, opuntias, plátanos, catalpas, acacias, robinias y otras muchas especies exóticas se usan aquí desde hace décadas en los campos, pueblos y ciudades, algunas con un fuerte carácter invasor.
Muchos paisajes muestran una fisionomía que los hace bonitos a los ojos del profano, aunque apenas haya en ellos flora ni fauna autóctonas. Son paisajes, a veces arbolados, compuestos incluso por grandes plantaciones de árboles, sin apenas valor ecológico, silenciosos, en los que se ha perdido una buena parte de la biodiversidad local sin que se haya notado a cambio ninguna mejora económica sustancial. Pero no debe pensarse solo en la administración forestal o agrícola como responsable pues, todos lo somos, ya que por lo general no pensamos en plantar especies autóctonas ni en nuestros pueblos ni en el entorno de nuestras casas.
El problema existe y hay que hacerle frente. Es momento de unir esfuerzos para potenciar el conocimiento y uso de especies autóctonas, por un lado, y erradicar las plantas exóticas y/o invasoras por otro. Se pueden y deben poner medios técnicos y económicos para resolverlo pero, sin duda alguna, la principal herramienta de lucha contra este nuevo y cada vez más extendido problema ecológico y socioeconómico, debe ser la sensibilización ambiental de la sociedad.
En las escuelas debe enseñarse a los niños tanto a plantar especies autóctonas como a erradicar las exóticas, es decir, a valorar y preservar su ancestral patrimonio natural y cultural.
El Consejo de Europa elaboró en 2004 la ‘Estrategia Europea sobre Especies Exóticas Invasoras’. La invasión de especies exóticas es tan grave que desde principios de los años 80 del siglo XX el Consejo de Europa viene exhortando a los estados miembros a prohibir la introducción de especies no nativas en el medio, a establecer medidas preventivas y poner en marcha programas para su erradicación.
Acacia saligna, Cilindropuntia imbricata y Carpobrotus edulis, 3 de las especies invasoras más dañinas del mundo aquí creciendo juntas, gracias a su venta generalizada en viveros comerciales. Su erradicación es muy difícil y costosa pues tras su corta y/o arranque, al igual que los eucaliptos y otras muchas especies invasoras, vuelven a rebrotar una y otra vez. Jesús Charco.
El servicio científico propio de la Comisión Europea, el Centro Común de Investigación (JRC), puso en marcha, en el verano de 2012, EASIN, la red de información europea de especies exóticas, con el objetivo de coordinar la información y la lucha contras las especies exóticas conocidas actualmente en Europa (entre 12.000 y 16.000 según los diferentes estudios). Confirma la grave amenaza para la biodiversidad y los recursos naturales de las especies exóticas e invasoras que, además del impacto ecológico, tienen un impacto económico estimado en más de 9.000 millones de euros anuales. La Comisión Europea ha establecido la lucha contra las especies exóticas invasoras como un objetivo de la estrategia europea para 2030.
En algunos países mediterráneos, como España, la Ley 4/1989, de Conservación de los Espacios Naturales y de la Fauna y Flora Silvestre, establece que las administraciones públicas deben evitar la proliferación de las especies exóticas. Igualmente, en materia programática, la Estrategia Española para la Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica (1999), contiene diversas referencias a la necesidad de establecer medidas preventivas, de control y de erradicación de tales especies. El Real Decreto 630 de 2013, regula el Catálogo español de especies exóticas invasoras.
En África se desarrolla el Programa Global de Especies Invasoras (GISP), que coordina y facilita respuestas a la creciente amenaza de estas especies. Una de sus más interesantes publicaciones lleva el significativo título de “África invadida” (Matthews & Brand, 2004).
Una organización muy activa contra las especies invasoras en África es CABI (Centro Internacional para la Agricultura y las Biociencias). Bajo el auspicio del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), publicó “Plantas exóticas invasoras y su gestión en África” (Boy & Witt, 2013), un interesante documento de síntesis del proyecto “Eliminando barreras para la gestión de plantas invasoras en África (RBIPMA)”, desarrollado en 4 países entre 2005 y 2010. En 2014 publicó un video divulgativo sobre las plantas invasoras “The green invasion. Destroying the livelihoods in Africa”.
La Evaluación temática del GEEI
El Grupo de Especialistas en Especies Invasoras de la UICN (GEEI) ha realizado un informe para actualizar las respuestas políticas, la legislación y las medidas de gestión para controlar y prevenir la propagación de especies exóticas invasoras. Este informe destinado a respaldar la ‘Evaluación temática de las especies exóticas invasoras y su control’ de la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES) fue preparado por el GEEI a través de la Gestión de Datos de Biodiversidad con el apoyo financiero del Ministerio francés de Transición Ecológica (MTE).
El informe completo puede verse aquí:
La Clasificación del Impacto Ambiental de los Taxones Invasores, de la UICN (EICAT)
EICAT es un método simple, objetivo y transparente para clasificar taxones exóticos en términos de la magnitud de sus impactos ambientales perjudiciales en sus nuevas áreas de expansión. En función de los impactos que causan sobre los taxones nativos, los taxones exóticos se clasifican en cinco categorías de impacto.
Las diferentes categorías de la EICAT y la relación entre ellas.
El documento completo puede verse aquí:
https://www.iucn.org/theme/species/our-work/invasive-species/eicat
El Registro Global de Especies Invasoras (GRIIS), del GEEI
Este Registro ha sido desarrollado por el Grupo de Especialistas en Especies Invasoras (GEEI) de la SSC de la UICN.Es una iniciativa apoyada por la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.Compila inventarios anotados y verificados por países de especies introducidas e invasoras.Para la publicación y actualización de los listados de cada país se ha optado por la web del Global Biodiversity Information Facility (GBIF).Los listados de especies introducidas e invasoras en los países del Norte de África pueden verse aquí:
El GEEI también ha publicado un listado con 100 de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
http://www.issg.org/publications.htm#worst100
Ver aquí más estudios y referencias bibliográficas sobre invasiones biológicas: